¿Volveremos a la época del bloqueo Ejecutivo-Legislativo? El viernes anterior dijimos que el Artículo 138 de la Constitución reformado podría traer consecuencias graves para la democracia ecuatoriana.
Hoy se confirma con las declaraciones de Esteban Torres, ministro de Gobernabilidad. Principalmente por la posibilidad del veto total del Ejecutivo a los textos que en el futuro el Legislativo apruebe.
Estando aún pendiente las reformas ordenadas por el pueblo en la Consulta Popular del 21 de abril pasado. Pero Torres no mencionó aún lo que adicionalmente se corre el riesgo por regresar a la época de la «partidocracia» cuando los jefes de partidos y movimientos políticos llegaron a tener un poder político superior al Ejecutivo desde el Legislativo y que para desbloquear las relaciones se negociaba a espaldas de la ciudadanía.
Basta recordar las negociaciones de votos mediante la concesión de ministerios, de obra pública y de empresas públicas y el siempre presente aunque desconocido «hombre del maletín» para superar los bloqueos. Ahora les bastaría el acuerdo de 70 votos.
Por lo menos con 92 votos se les dificultaba algo más. No es fácil descifrar por ejemplo ¿por qué al correísmo le venía bien que para ratificarse en los textos originales en los proyectos de Ley se necesitaban 92 votos en la gestión de Rafael Correa y en los dos primeros años del gobierno de Lenin Moreno y ahora les parece incómodo?
Adicionalmente aquí cabe otra pregunta ¿cómo es que se reactiva en estos días un proyecto de reforma constitucional que fue planteado en el año 2020? En ese año Lenin Moreno se alejó del correísmo y aún con la misma facultad, debió negociar la entrega de la administración de hospitales públicos a cambio de votos, según las denuncias que nunca fueron bien investigadas.
O como el caso del expresidente Guillermo Lasso quien fue bloqueado en su administración del país por la legislatura al rechazar sus proyectos de ley sin siquiera leerlos en uno de los casos. Al punto que se obligó a declarar la muerte cruzada para no caer en negociaciones.
Con estos antecedentes históricos nos preguntamos si los asambleístas ecuatorianos actuales conocen la historia legislativa o sus decisiones son direccionadas en pro de sus propios intereses del momento. Como quiera que sea, la reforma al artículo 138 de la Constitución debilita la «colegislatura» que comparte la Asamblea Nacional con el Presidente de la República.
Nada más queda esperar que los legisladores piensen en el futuro del país más que en sus intereses del momento y que no retornen las negociaciones a espaldas de la ciudadanía.
EDITORIAL DE 92.5 FOREVER RADIO, LUNES 3 DE JUNIO DE 2024
Por Washington Delgado L.
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