Un primer paso para permitir bases militares extranjeras es reconocer que Ecuador no tiene los recursos técnicos avanzados para la lucha contra el narcotráfico, como no lo tienen los países de Latinoamérica
¿Será posible para el Gobierno restablecer bases militares extranjeras modificando el artículo 5 de Constitución vigente?Porque desde que la base de Manta fue cerrada en 2009, por defensa de nuestra soberanía según el Gobierno de aquel entonces, la soberanía fue violentada por aire, tierra y mar por el transporte de drogas, incluso por la falta de radares por algunos años.
El artículo 5 de la Constitución actual dice: «El Ecuador es un territorio de paz. No se permite el establecimiento de bases militares extranjeras ni de instalaciones extranjeras con propósitos militares. Se prohíbe ceder bases militares nacionales a fuerzas armadas o de seguridad extranjeras». Con lo que no se puede organizar apoyos conjuntos con Colombia, Perú y otros países, incluyendo a los Estados Unidos, por ejemplo.
De darse la reforma el artículo 5 quedaría así: «El Ecuador es un territorio de paz». Objetivo que ya de por sí es bastante ambicioso, pero que debe ser la meta de todos los ecuatorianos apoyando todas las formas que apunten hacia ese fin.
Para hacer del Ecuador una territorio de paz se deberá correr mucho, y considerar que aunque es una necesidad de apoyo en la lucha para vencer a las bandas organizadas, primero también debemos vencer en un debate de altura el pensamiento opositor que cree que Ecuador no necesita ayuda internacional, prefiriendo argumentar la defensa de la soberanía aunque la población esté sufriendo.
En este debate se debe considerar que Ecuador pasó de ser un país de tránsito de drogas a un «centro de distribución de drogas» desde que salió la base de Manta, al permitirse que las bandas internacionales se asienten en Ecuador.
El año 2021 el portal especializado «InsightCrime» definió a Ecuador como una «autopista de la cocaína hacia Estados Unidos y Europa» según un reportaje de BBC Mundo, anotando que un tercio de la producción siempre creciente de Colombia llega a Ecuador y sale al exterior desde los puertos ecuatorianos. Cayendo en este comercio ilícito importantes sectores del país que recorre la ruta de la cocaína.
Así, desde los departamentos de Nariño y Putumayo al sur de Colombia se introduce la droga en las provincias ecuatorianas de Sucumbíos, Carchi y Esmeraldas, y desde Esmeraldas se conecta con Manabí, Guayas y El Oro. A pesar de esta información se cerró la base de Manta.
BBC mundo noticias agrega en su reportaje del 11 de octubre de 2021 sobre el cierre de la base de Manta que: «Mientras se da todo este desplazamiento de ese «holding delictivo» se produce un hecho que para algunos analistas es fundamental: el desmantelamiento de la base militar estadounidense en Manta, en la costa ecuatoriana, en 2009. Desde dicha base se rastreaban aeronaves utilizadas por narcotraficantes.
Su cierre fue una promesa electoral de Rafael Correa, quien, una vez en la presidencia, anunció que no se renovaría el contrato para su utilización, argumentando que la base violaba la soberanía de Ecuador. La prohibición de la presencia de bases extranjeras en el país fue incluida en la nueva Constitución aprobada en 2008.
Como resultado de su cierre, según InsightCrime, «la cooperación antinarcóticos con los países de oferta y demanda entre los que se encuentra Ecuador se redujo al mínimo». «Fue un punto importante de inflexión a partir del cual se permitió la penetración casi total del crimen organizado transnacional», dice Mario Pazmiño, exdirector de inteligencia militar y ahora analista en seguridad y defensa. «Es fundamental, porque ejercía un control de las narcoavionetas que ingresaban al espacio aéreo ecuatoriano y también hacía un control sobre las lanchas rápidas que salían a abastecer a las embarcaciones en alta mar».
El general Giovanni Ponce, jefe de Antinarcóticos de la Policía de Ecuador es claro al respecto: «Se tomaron decisiones equivocadas y creo que nos está pasando la factura». «Con el tiempo esas decisiones han permitido que las organizaciones (delictivas) hayan ido fortaleciéndose, agrega.
Sin embargo, para Renato Rivera, investigador de la Red Latinoamericana de Análisis de Seguridad y Delincuencia Organizada (Relasedor).esa decisión tuvo una «connotación mucho más política, al estar vinculada a las relaciones con EE.UU., que de impacto en la seguridad interna o en el combate al narcotráfico que se hace desde el Estado».
«La base de Manta tenía un rol de avanzada. Se hacía un monitoreo de vigilancia aérea. Pero tras su cierre no hubo un impacto en términos de aumento de homicidios ni en la caída de la cantidad de droga incautada», agrega. (https://bbc.com/mundo/noticias-america-latina-58829554).
En otras palabras, mientras se desmanteló la protección que prestaba la base de Manta, el Gobierno de aquel entonces no fue capaz o no tuvo la voluntad de reemplazarla y quedamos a expensas del narcotráfico.
EDITORIAL DE 92.5 FOREVER RADIO, MARTES 17 DE SEPTIEMBRE DE 2024
Por: Washington Delgado L.
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