Sería un error mezclar las funciones del Ministerio de la Mujer y DDHH con la Política Criminal del Estado. Porque ésta abarca un ámbito mucho más amplio que el de proteger a las mujeres y la defensa de los Derechos Humanos. La Política Criminal define políticas sociales, culturales, administrativas, jurídicas, económica y tecnológicas contra el crimen, en los que más cercano está el Ministerio del Interior.
Si la intención es ahorrar recursos al no crear un nuevo cuerpo burocrático, primero deberá reformarse la “Ley orgánica reformatoria a varios cuerpos legales para el fortalecimiento de las capacidades institucionales y la seguridad integral» que ordena al Ejecutivo desde marzo de 2023 crear el Ministerio de Política Criminal y Derechos Humanos y el Consejo de Política Criminal que debe crear las normas respectivas.
Posteriormente se podría crear una «Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género», tal como lo resolvió el presidente argentino, Javier Milei, en el que incluye no sólo a la mujer, sino también al hombre, cuando eliminó el «Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad» creado por su antecesor. Si no están en contradicción el viceministro de Gobierno, Esteban Torres, y el Ministerio de la Mujer y DD.HH. en su comunicado publicado ayer, además de que no debe desaparecer este ministerio y su nombre, habrá que buscar otra solución para la Política Criminal.
Aparte de su aclaración, no es conveniente mezclar estas políticas criminales de Estado con algo tan delicado como es la protección de la mujer para evitar el delito del femicidio. En el que hay mucho camino por recorrer todavía en Ecuador. EDITORIAL DE 92.5 FOREVER RADIO
@925forever, MARTES 21 DE MAYO DE 2024 Por Washington Delgado L.
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