La política es un arte de gobernar para el bien de la comunidad entera. Y la democracia es la única forma de gobierno que le permite al pueblo ser libre, vivir en pluralidad de pensamiento, decidir su propio destino y elegir por mayoría a sus gobernantes, entre otros beneficios en busca del bien común.
En ese marco de análisis vemos que lo sucedido en Venezuela va en contra de toda concepción humana de lo que es la democracia y la política para el bien común.
En el que un grupo de militantes del Socialismo del siglo XXI se ha apoderado del poder y se creen dueños del destino de sus conciudadanos estén o no de acuerdo con sus acciones, tal como lo hacen de tiempo en tiempo aquellos que se consideran iluminados y toman el pensamiento del pueblo desde su propia concepción y deciden por los pobres en contra de toda lógica llevándolos a peores condiciones que las que tenían al momento de iniciar su gobiernos.
Situaciones que desconocen la voluntad mayoritaria que ha preferido una alternativa luego de 26 años de dominio del chavismo y que según la oposición al fin lograron una mayoría en las urnas, pero que son irrespetadas por las autoridades electorales quienes procedieron a nombra y posesionar a Nicolás Maduro como presidente reelecto con el escrutinio del 80% de las actas mientras se desoye las objeciones de adentro y de afuera del país.
Además, la Fiscalía General del Estado comenzó una investigación contra María Corina Machado por supuesto hackeo del sistema informático del Consejo Nacional Electoral y procedió a expulsar siete delegaciones diplomáticas de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay por no reconocer al gobierno de Maduro.
El canciller Iván Gil dijo que es la respuesta a «las injerencistas acciones y declaraciones de un grupo de gobiernos de derechas, subordinados a Washington, y comprometidos abiertamente con los más sórdidos postulados ideológicos del fascismo internacional, tratando de reeditar el fracasado y derrotado Grupo de Lima». En un claro discurso propagandístico sin atender las verdaderas razones de la situación provocadas por ellos mismos.
En resumen, el caso venezolano no sólo se limita a un tema de dogmatismo, sino de dictadura total, que ha provocado la reacción de gobiernos y ciudadanos demócratas del mundo. En el mismo territorio venezolano se ha procedido a derrocar 3 estatuas del fallecido Hugo Chávez y en Caracas se organizó una marcha numerosa que fue reprimida por las fuerza pública.
Ojalá que en el fondo de la conciencia de los totalitarios venezolanos y de quienes lo apoyan desde Rusia, China, Corea del Norte, Nicaragua y otros políticos como Rafael Correa mediten más a fondo.
A nosotros los ecuatorianos este acto debe llevarnos a una prevención más profunda de lo cotidiano, porque debemos recordar aquel refrán popular, que dice: «Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar».
No sólo por nosotros, sino por los venezolanos que llegaron a nuestro país huyendo de la dictadura chavista, siendo solidarios con su desgracia y temiendo que otro día pueda sucedernos lo mismo, por lo que debemos estar prevenidos para que el golpe no nos afecte también a nosotros.
EDITORIAL DE 92.5 FOREVER RADIO, MARTES 30 DE JULIO DE 2024.
Por: Washington Delgado L.
#Venezuela #NicolásMaduro #MaríaCorinaMachado #MariaCorinaMachado #EditorialForever #libertad