¡Ingobernable! Es la expresión común sobre la situación política de nuestro país, reforzada por varios acontecimientos de los actuales días en los que se repiten los mismos vicios tradicionales.
El diccionario de la Lengua Española dice que ser ingobernable significa que no se puede gobernar, que es insumiso, rebelde, desobediente, indisciplinado, díscolo, incorregible.
Así, en gran medida es lo que se evidencia luego de 7 meses de gobierno de Daniel Noboa y de la Asamblea Nacional elegida luego de la muerte cruzada decretada por el expresidente Guillermo Lasso para destrabar la pésima relación entre estas dos funciones del Estado que son claves para el desarrollo del país, pero en los que más prima otro tipo de objetivos.
A esa tóxica relación entre Ejecutivo-Legislativo se debe sumar el peligroso distanciamiento entre el presidente y su Vicepresidenta, quien podría tomar medidas contrarias a las del Presidente en caso de reemplazarlo; en una probabilidad que aumenta la incertidumbre; los casos de corrupción en la función judicial que cada vez son más ofensivos para la conciencia nacional; y así como otros temas como la amenaza de paralizar al país por el tema de la reducción del subsidio a los combustibles.
Como resultado, el riesgo país ha subido a 1.380 puntos el 17 de junio, según la página web del Banco Central del Ecuador. Cifra de la que muy difícilmente bajará si no hay acuerdos mínimos.
Para colmo de males, uno de los interrogantes es ¿por qué el presidente Noboa abrió y sigue abriendo varios frentes políticos en lo interno y también en lo externo?
Así como se califica necesario el frente abierto con el Gobierno mexicano por el tema de Jorge Glas, también habrá que agregar otros frentes que seguramente se producirán en estos días a partir de la publicación del reportaje de John Lee Anderson en la revista The New Yorker, con el título «Ecuador`s Risk War on Narcos», en el que opina ante la pregunta del periodista sobre varios colegas de Latinoamérica, entre ellos Gustavo Petro, presidente de Colombia, a quien califica como “snob de izquierda”, y que “es inteligente, pero no está haciendo nada”.
Sobre el argentino Javier Milei: “No sé por qué piensa que es tan grande. No ha logrado nada desde que asumió la presidencia. Parece estar lleno de sí mismo, lo cual es muy argentino, en realidad”; y sobre Nayib Bukele, presidente de El Salvador: “El tipo es arrogante y se dedica a controlar el poder para sí mismo y enriquecer a su familia (…) y ahora están los Bukeles”, y cuando el periodista le mencionó que Bukele se había autodenominado “el dictador más genial del mundo”, Noboa le sonrió y dijo: “Sí, en un país del tamaño del Guayas”.
¿Era necesario expresarse así o debió cuidar su investidura de Presidente de la República y guardar los protocolos diplomáticos?
EDITORIAL DE 92.5 FOREVER RADIO, MARTES 18 DE JUNIO DE 2024
Por: Washington Delgado L.
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