Ecuador es un país rico mal administrado, es el cliché que tradicionalmente decimos para explicar por qué existe pobreza mientras los recursos naturales son una bendición.
Como muestra, el Departamento de Estado de Estados Unidos, en su informe «Clima de Inversión 2024» dice que Ecuador enfrenta tres grandes desafíos para estabilizar su economía y atraer inversión productiva: crisis fiscal, inseguridad y crisis del sector eléctrico. Todos ellos de nuestra responsabilidad.
Nótese que este informe llega a los inversionistas alrededor del mundo y a las instituciones que manejan capital de inversión como calificadoras de riesgo. Por lo que debe ser tomado en cuenta por el Gobierno, los asambleístas y los candidatos para la futuras elecciones 2025.
Paralelamente el informe dice que «Ecuador presenta muchas oportunidades de inversión, particularmente en agricultura, acuicultura, minería y minerales críticos, energía, telecomunicaciones, seguridad y electricidad».
Con lo que en otras palabras ratifica el dicho tradicional: «Ecuador es un país rico mal administrado». Sobre todo por contar con una constitución cuya política es mayoritariamente estatista que ahuyenta a la inversión nacional e internacional.
La razón fundamental, también lo dice el informe, se basa en que ese potencial de inversión y desarrollo económico y social «se ha visto estancado desde hace algunos años debido a la incertidumbre económica y política, las políticas intervencionistas, los desafíos fiscales y el persistente estancamiento económico». Expresiones que seguramente serán rechazadas por los mismos políticos y economistas radicales de izquierda y por quienes permanentemente defienden su accionar que crea incertidumbre y desconfianza, fomentando el círculo negativo y vicioso.
La crisis fiscal se demuestra con el déficit del 5,2 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2023. Eso se debió al aumento de los gastos y la disminución de los ingresos petroleros. Con lo que el pago a acreedores se atrasó por USD 4.500 millones. En el 2024 se trabaja con un déficit fiscal de USD 4.809 millones.
En la crisis de inseguridad a Ecuador se lo ubica como el país latinoamericano más violento del 2023 por la presencia de más de 20 bandas de crimen organizado y de narcotráfico. El Gobierno ha decretado el «conflicto armado interno» y hace esfuerzos para atacar la violencia mediante apoyo a las Fuerzas del Orden dotándolos de armamentos, pero que será un trabajo de muy largo plazo. Existiendo una razón fundamental en la falta de incorporación de la Función Judicial en los planes de seguridad al existir aún la ley y la decisión de jueces flexibles con el crimen organizado.
Y la crisis energética no se podrá solucionar de raíz, hasta que no exista la inversión estimada en por lo menos USD 15.000 millones de dólares que el Estado no los tiene y mientras persista la prohibición de inversión privada en la generación hidroeléctrica.
En resumen, los tres factores hacen que mercados y organismos internacionales sigan viendo la economía ecuatoriana como de alto riesgo para invertir. Fitch Ratings calificó el riesgo soberano a largo plazo para Ecuador en CCC+. Según el Banco Central del Ecuador, los flujos de Inversión Extranjera Directa en 2023 fue de USD 372,3 millones, una baja del 58% en comparación con 2022 y muy lejana a la inversión que recibió Colombia y Perú, nuestros más cercanos vecinos.
¿Será posible que se haga conciencia sobre estos temas? ¿Será posible que aquellos que dicen defender y trabajar por los pobres solucionen las causas de fondo?
Nota: la mayoría de estos datos los he tomado del Portal Primicias.com.
EDITORIAL DE 92.5 FOREVER RADIO, MARTES 27 DE AGOSTO DE 2024
Por: Washington Delgado L.
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