Con 17 binomios es evidente que en Ecuador no faltan políticos aspirantes a dirigir al país.
Lo que hace falta es conocer si tienen verdaderos programas de Gobierno para solucionar los problemas coyunturales y sobre todos las deficiencias estructurales administrativas y económicas que enfrenta el país con un modelo exageradamente estatista.
La violencia, el desempleo y el estiaje que en el 2024 se adelantó a agosto son problemas que requieren soluciones estructurales para permitir la inversión privada con garantías de seguridad jurídica.
El Presupuesto General del Estado (PGE) lleva 10 años desde el 2014 con permanentes déficits y con necesidad de endeudamiento para mantener la estructura del Estado y sus gastos.
En la campaña electoral los 17 binomios deberán responder cómo van a administrar el país con un presupuesto, por ejemplo el de 2024, que asciende a USD 35.536 millones, valor superior en 8,7% respecto al presupuesto codificado al 31 de diciembre de 2023, con ingresos totales que apenas llegan a USD 24.039 millones, de los cuales USD 19.928 millones corresponden a ingresos permanentes, como los ingresos tributarios.
Mientras los gastos suman USD 28.848 millones, a pesar de una inversión limitada en educación, salud e infraestructura que significa un crecimiento del 16%, USD 4.000 millones adicionales sobre el 2023. De esta manera, se calcula un déficit fiscal de USD 4.810 millones (3,95% del PIB) y necesidades de financiamiento por USD 11.462 millones.
La conformación de los 17 binomios son una clara muestra de la debilidad de los partidos y movimientos políticos que no cuentan con miembros de sus propias filas, por lo que han debido invitar a ciudadanos conocidos y desconocidos, pero que no son siquiera miembros de dichas organizaciones políticas. A lo que se debe sumar algunos que primero lanzaron su candidatura y luego encontraron un movimiento o partido que los auspicie, lo que demuestra que existe el alquiler de estas organizaciones.
Esto sin considerar que en su mayoría no fueron electos en las asambleas, sino por las directivas. Ubicando así a las elecciones primarias nada más en un formalismo. A lo que se le debe sumar, que algunos de esos 17 binomios son únicamente una especie de globos de ensayo, porque tienen plazo hasta el 30 de agosto, para retirar sus candidaturas por las alianzas. Es decir, la democracia interna como un sainete políticos y nada más.
Sólo el Partido Social Cristiano (PSC) y el Partido Unidad Popular (PUP) propusieron binomios presidenciales de sus propias filas. Mientras que los restantes 15 por lo menos 24 candidatos entre presidentes y vicepresidentes no pertenecen a sus filas, según el diario El Universo. Tratándose incluso de los que tienen mayor apoyo como Revolución Ciudadana (RC), Acción Democrática Nacional (ADN), Renovación Total (RETO) y Pachakutik (PK) nominaron precandidatos propios en la dignidad de presidente de la República, en tanto que los compañeros de fórmula son invitados.
Y si revisamos las listas de aspirantes a la Asamblea Nacional (AN) será por excepción que aparezcan nombres de quienes tienen alguna relación política con las agrupaciones, en su mayoría hacen número por ser conocidos en sus cantones o parroquias, pero que no aseguran llegar a la AN con la idea de legislar y fiscalizar pensando en el país.
El Código de la Democracia vigente no es una garantía de democracia en realidad.
EDITORIAL DE 92.5 FOREVER RADIO, LUNES 19 DE AGOSTO DE 2024
Por: Washington Delgado L.
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