¿Cómo ganaremos en las próximas elecciones los electores? ¿Cómo superar la «neurosis política» como la denomina Marcos Novaro?
El intelectual argentino en su ensayo «Manual del votante perplejo» explica que la «neurosis política» se expresa en dos posiciones actitudinales. Por una parte, cuando el elector se desentiende de la política porque “ha llegado a la conclusión de que los políticos son todos iguales” y que ninguno es de confianza. Y por otra parte, se mantiene “esperanzado en que, tarde o temprano, habrá de dar con las personas adecuadas para que lo gobiernen”.
El primero es escéptico y el segundo mantiene vive e ilusoriamente la idea de que las cosas van a mejorar. En lo personal creo que debemos combinar ambas actitudes en el Ecuador.
A la par, Novaro propone una terapia para superar esa neurosis que resumiré más adelante adaptándolas a nuestro caso, y que deberíamos seguir los electores ecuatorianos, mucho más que las 78 organizaciones políticas habilitadas para las elecciones de 2025.
En el caso ecuatoriano esa terapia debe tener dos grandes objetivos: El primer objetivo es enfrentar las próximas elecciones, presidenciales y parlamentarias como quizá la última oportunidad para poner en orden la economía, la política y los problemas sociales. La situación no permite nuevos experimentos y ni siquiera margen de error.
El segundo objetivo debe ser, hoy más que nunca, elegir un binomio presidencial con la capacidad personal y profesional para administrar adecuadamente al país como estadistas. Lo mismo en la legislatura en la que se requiere elevar la calidad de los asambleístas para pensar primero en los verdaderos problemas del país a fin de crear las soluciones.
El panorama es nada alentador al tener un Presupuesto General del Estado (PGE) con egresos que exceden ampliamente a los ingresos y la imposibilidad de financiamiento, ni siquiera por nuevas deudas debido al monto a pagar entre el 2024 y 2029, estimado en por lo menos $21.000 millones de dólares. Si no se pone en orden las finanzas públicas, Ecuador está condenado a mayores estragos sociales. Súmese a ello el desempleo, pobreza, inseguridad y corrupción.
Marcos Novaro, propone una terapia de seis pasos, que vale compartirla tanto en su natal Argentina como en otros países. La misma que aquí la presento resumida y parafraseando lo escrito por el autor, con mis adaptaciones a nuestro país. Así los electores ecuatorianos debemos considerar cada uno de los seis pasos.
- Desorientados y agobiados por la información: Estar atentos para escoger a los medios de comunicación que profundizan en la información, haciendo un esfuerzo para auscultar datos, opiniones, análisis e inclusive Novaro le agrega hasta de los rumores.
- No vivir de ilusiones: ¿los hombres buenos son siempre malos políticos? Dice Novaro, que una máxima del pragmatismo político es escoger a un «malo» que a uno de buen corazón, porque éste último generalmente es fácil presa de los «malos». En lo personal, prefiero decir que debemos escoger a uno bueno, pero que sea lo suficientemente experimentado y «avispado» para escoger bien a sus colaboradores y estar atento a evitar la acción de los malos.
- Valorar detenidamente los resultados, más que las intenciones: Si es inevitable que el bien y el mal convivan en la vida política, porque la política es compleja y conflictiva y que siempre hay que administra costos para lograr beneficios, en cuya realidad no podrá contentar a todos lo que conlleva costos políticos. Proponerse superar y vencer al populismo y al coyunturalismo, que da votos, pero que hunde más al país.
- ¿Qué elegir: personas, partidos, reglas, programas o ideas? Otra vez: es clave informarse, si por ejemplo un partido sólo presenta candidatos famosos sin conocimientos y sin experiencias para gobernar o para tomar decisiones legislativas correctas. Evitar lo que en Ecuador llamamos «alza manos» obedientes a los dueños de los partidos. Lastimosamente en Ecuador se vota por listas, pero la idea es confiar en un partido político que tenga reglas, programas, ideología y que sea serio como antecedente para escoger lo mejor de la ciudadanía, aunque sean desconocidos.
- Tener siempre abierta la puerta de salida. Las ventajas de no casarse con nadie y los riesgos del oportunismo: Para tener la conciencia y las manos libres para escoger a los mejores, a los buenos y no a los malos, y no porque alguien le dice o le ordena votar por tal o cual candidato. Peor cuando votamos por listas para ser parlamentario.
- No creerles a los analistas criticones que «lo harían mucho mejor»: Tener cuidado de los expertos charlatanes, que haciendo uso del privilegio de usar los medios de comunicación engañan a la población.
EDITORIAL DE 92.5 FOREVER RADIO, LUNES 8 DE JULIO DE 2024
Por: Washington Delgado L.
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