Como cada año, hoy 10 de diciembre se celebra el Día Universal de los Derechos Humanos. Día en que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó, en 1948 su declaración luego de la Segunda Guerra Mundial.
Con la ilusión de que jamás se volverían a repetir los actos bárbaros de esa conflagración bélica entre pueblos hermanos. En la que se demostró la capacidad de autodestrucción de los seres humanos llamados a vivir en paz. Pero, ¿los treinta artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos han logrado pacificar al mundo en todas sus latitudes?
Nosotros mismos en Ecuador, ¿podemos decir que se respetan los derechos humanos? Porque no se trata sólo de aquello de la protección contra la violencia de un pueblo contra otro, sino también de los derechos de los ciudadanos a los servicios básicos, a la salud y a la educación. Al trabajo. A vivir en un ambiente sano y así en general cumpliendo todos los elementos mínimos para una vida digna. A tener una política sana y a no ser víctimas de la corrupción.
Según la misma Declaración Universal de los Derechos Humanos, nos da el poder de vivir una vida digna a todos sin ninguna discriminación. Sus principios son tan relevantes hoy como lo fueron en 1948 luego de que varios países de Europa sufrieron la agresión del nazismo en Alemania que condujo hasta el uso de la bomba atómica para concluir la guerra.
En una historia que tiene su antecedente en la creencia de un caudillo «iluminado» que prometió recuperar la hegemonía de la raza aria y beneficiar a los pobres y además de recuperar su dignidad perdida en la derrota de la Primera Guerra Mundial a mano de los aliados.
Porque siempre habrá una explicación para las dictaduras. Sin embargo, ¿qué pasa hoy con la agresión de Rusia Contra Ucrania? ¿Por qué en pleno siglo XXI el mundo es testigo de la imposición de Rusia de impedir que Ucrania se asocie a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)?. ¿Es que no existe la libre determinación de los pueblos?
Lo mismo aplica en el caso de Cuba, Venezuela y Nicaragua, en donde los autodenominados revolucionarios, dicen luchar contra las dictaduras a favor de los pobres y luego no le devuelven ese poder al pueblo.
Hoy mismo el mundo está a la expectativa de qué pasará con el pueblo de Siria cuando se ha logrado derrocar al dictador Bashar Al Assad luego de 53 años de dominación de su familia; pero sin que exista seguridad de que el nuevo caudillo revolucionario, Al Jawlani, le devuelva el poder al pueblo luego de tomarlo de manos del dictador.
O sucederá lo que predice Gabriel Ben-Tasgal, experto en temas de Medio Oriente a quien entrevisté hoy, que nada más se trata de un cambio de personaje, porque Medio Oriente no se maneja con la democracia occidental como la conocemos cuando el pueblo expresa su voluntad en las urnas, sino la imposición de la Teocracia, o lo que dicta el Islam escrito por Mahoma.
La UNESCO tiene un trabajo muy duro para lograr lo que aún no es posible luego de 76 años de la Declaración, por lo menos en un nivel aceptable, si es que existe ese nivel. Y en nuestro país, igualmente resta mucho para derrotar a la corrupción y al bajo nivel político que sin moral ni ética se apodera del poder sin derrotar al enemigo común de la pobreza.
EDITORIAL DE 92.5 FOREVER RADIO, MARTES 10 DE DICIEMBRE DE 2024.
Por: Washington Delgado L.
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