El martes 10 de junio de 2025, una nueva tragedia sacudió la ciudad más grande de Ecuador: Guayaquil. Una masacre en la zona comercial de Peca estremeció a la población cuando un violento ataque armado dejó al menos siete personas muertas, aumentando la preocupación por la inseguridad y la violencia en la región. En este artículo, analizamos con detalle el suceso, el perfil de las víctimas y el contexto de la violencia que azota a la ciudad, así como las implicaciones para la seguridad en Guayaquil y los posibles nexos con el crimen organizado.
Contexto del ataque armado en la zona comercial de Peca, Guayaquil
La masacre ocurrió en la mañana del 10 de junio, en un área estratégica para el comercio local: el km 10 de la vía a Daule, conocido popularmente como la zona comercial de Peca. En plena actividad diaria, un grupo de sujetos armados que se desplazaban en motocicletas perpetró un ataque directo, disparando contra un grupo de personas que se encontraban realizando sus labores.
Este violento suceso se produjo cerca del parque empresarial California, un punto muy concurrido, donde la mayoría de las víctimas fueron identificadas como conductores de tricimotos, quienes son parte fundamental del transporte en esta zona. Cinco de las víctimas fallecieron en el lugar, mientras que otras dos personas perdieron la vida producto del ataque, elevando el saldo fatal a siete.
Perfil de las víctimas y posible vínculo con el crimen organizado
Según las investigaciones preliminares y las declaraciones oficiales del coronel Víctor Hugo Ordóñez, jefe de Policía de la Zona 8, el ataque estaba dirigido principalmente a cuatro de los fallecidos, mientras que los demás se consideran víctimas colaterales. Se confirmó que al menos dos de los muertos tenían antecedentes penales, lo que abre la hipótesis de que esta masacre podría estar vinculada a conflictos entre grupos delictivos o ajustes de cuentas dentro del crimen organizado en Guayaquil.
El sector de los tricimoteros ha sido en los últimos años uno de los blancos frecuentes de extorsión y violencia, por lo que no se descarta que esta masacre haya sido un ataque selectivo para controlar o intimidar a esta flota de transportistas, elemento vital para la movilidad local.
Impacto social y respuesta inmediata de las autoridades
La reacción ciudadana fue inmediata y cargada de conmoción. Videos y testimonios comenzaron a circular rápidamente en redes sociales, mostrando la crudeza del escenario y el dolor de familiares y transeúntes presentes en el lugar. El impacto emocional generó una gran preocupación en la población, que exige respuestas claras y contundentes para garantizar la seguridad en Guayaquil.
Por su parte, la Policía Nacional y las unidades de Tránsito llegaron al lugar para acordonar la zona comercial de Peca y comenzar las diligencias correspondientes, incluyendo la recolección de pruebas balísticas y testimonios, con el objetivo de identificar a los responsables y evitar que hechos similares se repitan.
La violencia en Guayaquil y la problemática de extorsión a tricimoteros
La ciudad de Guayaquil enfrenta un grave problema de violencia armada, muchas veces relacionada con el control territorial de bandas criminales y el narcotráfico. En particular, el sector de los conductores de tricimotos ha sido históricamente vulnerable a la extorsión, que muchas veces se traduce en hechos violentos como este.
Esta masacre pone de manifiesto las profundas fallas en la prevención y control de la violencia, y la necesidad urgente de que las autoridades refuercen su trabajo de inteligencia para desarticular redes criminales que operan en la zona comercial de Peca y otros sectores afectados por la inseguridad.
Medidas urgentes para mejorar la seguridad en Guayaquil
Frente a estos hechos, es indispensable que se implementen estrategias integrales para garantizar la seguridad y proteger a los ciudadanos, especialmente a quienes trabajan en sectores vulnerables como los tricimoteros. Algunas de las medidas recomendadas incluyen:
- Incremento de patrullajes policiales y presencia constante en zonas críticas como Peca y vías adyacentes.
- Fortalecimiento de las redes de inteligencia policial para identificar y capturar a miembros del crimen organizado.
- Programas sociales dirigidos a jóvenes y comunidades en riesgo para evitar la captación por parte de bandas delictivas.
- Mejor coordinación interinstitucional para agilizar investigaciones y procesos judiciales relacionados con la violencia.
- Campañas de sensibilización y fomento a la denuncia ciudadana para fortalecer la colaboración comunitaria con la policía.
Solo con una respuesta decidida y coordinada se podrá disminuir el impacto de la violencia y la inseguridad en Guayaquil.