Luego de dos meses de silencio, Muentes sostiene que conoció a Salazar por intermedio de la expresidenta de la Corte de Justicia de Guayas, Fabiola Gallardo, y que él no le pagaba sus honorarios, como lo aseguró Salazar en su declaración judicial. «Fue ella (Salazar) quien me ofreció sus servicios de comunicación.
En razón de aquello, la contraté para una corta campaña, pues en ese entonces yo era víctima de un ataque sistemático por parte de una entidad financiera, particularmente por el abogado Ricardo Noboa, en medios de comunicación y redes sociales», asegura Muentes.
Fue ella (Salazar) quien me ofreció sus servicios de comunicación. En razón de aquello, la contraté para una corta campaña, pues en ese entonces yo era víctima de un ataque sistemático por parte de una entidad financiera, particularmente por el abogado Ricardo Noboa, en medios de comunicación y redes sociales», asegura Muentes.
El exasambleísta se refiere a la pugna legal que mantiene con el Banco del Pacífico por el pago de un préstamo de USD 314.800, otorgado a Muentes, a su esposa Mónica Alvarado y a la empresa familiar Finxi, en 1998, para comprar una camaronera.
«Salazar no fue jamás una persona de mi confianza, por lo que resulta evidente que ha utilizado información falsa para afectarme y beneficiarse ilegalmente de una cooperación», sostiene Muentes.
Además negó que haya pedido una indemnización de USD 4 millones al Banco del Pacífico por la deuda contraída, la cual, dice, ha sido pagada en su totalidad. «Tanto es así que el banco no tiene el pagaré que firmé cuando adquirí la deuda porque este me fue entregado al cancelar. ¿O me acusarán de entrar a la bóveda del banco y sustraerme ese documento?, dice Muentes en su comunicado.
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