Se esperaba a un Donald Trump renovado, más moderado, pero pese a su tono calmado y un inicial llamado a la unidad, pronto viró hacia su discurso más conocido.
«Tenemos que detener la invasión en nuestro país que está matando a cientos de miles de personas al año».
Esa fue la frase que devolvió a la tarima del Fiserv Forum al Trump de 2016, cuando hizo campaña con la idea de que EE.UU. estaba siendo «inundado de criminales» que accedían por la frontera con México entre la inmigración indocumentada.
«Están llegando de todas partes, ya no solo de Sudamérica. Vienen de Asia, de África. Vienen de asilos, de hospitales mentales, de prisiones», dijo este jueves durante su discurso.
«Nos hemos vuelto el vertedero del mundo, que se ríe de nosotros», subrayó.
«Deberíamos hacer la próxima convención en Venezuela porque pronto será un lugar muy seguro».
De llegar de nuevo a la Casa Blanca, Trump prometió cerrar la frontera con México «desde el primer día».
«Y terminaré el muro, que en gran parte ya he construido», aseguró.
Ya en 2016 Trump se comprometió a construir una barrera de hormigón de 2.000 km de largo entre EE.UU. y México, pero el plan quedó estancado por la oposición en el Congreso y una avalancha de demandas.
De acuerdo a un informe de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU., apenas se llegó a levantar unos 600 km desde enero de 2017 hasta que Trump dejó la presidencia.
Y Biden suspendió la construcción cuando lo sustituyó en el cargo, aunque el año pasado su administración permitió erigir una sección en el sur de Texas.
Si es reelegido, Trump adelantó que llevará también a cabo «la mayor operación de deportaciones de la historia de este país».
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