El plan del presidente estadounidense, Donald Trump, quien afirmó que Estados Unidos «se hará cargo» de la Franja de Gaza «a largo plazo» tras el alto el fuego pactado entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha generado reacciones y rechazo en la comunidad internacional.
Después de 18 meses de bombardeos israelíes en el enclave palestino, que han dejado más de 47.700 palestinos muertos y miles de desaparecidos, Trump señaló que «EE.UU. se hará cargo de la Franja de Gaza (…) Lo poseeremos y seremos responsables de desmantelar todas las bombas peligrosas sin detonar y otras armas que haya en el lugar, nivelar el lugar y deshacernos de los edificios destruidos, crear un desarrollo económico que proporcione una cantidad ilimitada de empleos y viviendas para la gente de la zona, hacer un trabajo real, hacer algo diferente».
En una rueda de prensa conjunta con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Trump apuntó a la posibilidad de que sea «una posición de propiedad a largo plazo, que aportará una gran estabilidad a esa parte de Oriente Próximo y tal vez a toda» la región.
También reiteró su plan de expulsar a los palestinos de Gaza al asegurar que «la única razón por la que los palestinos quieren volver a Gaza es que no tienen otra alternativa». Explicó que ha abordado esta idea con Netanyahu en sus reuniones sobre «cómo trabajar juntos para garantizar la eliminación de Hamás y, en última instancia, restablecer la paz de una región muy problemática». Además, al ser preguntado sobre la posibilidad de enviar tropas estadounidenses para hacer frente a un eventual vacío de seguridad, ha señalado que, «en lo que respecta a Gaza», hará «lo que sea necesario».
Netanyahu, de su parte, recordó que entre sus objetivos de la guerra en Gaza está asegurarse de que «nunca vuelva a representar una amenaza para Israel» y señaló que el Plan de Trump «es algo que podría cambiar la historia y que vale la pena realmente elegir esta opción».