Bukele desafía a sus detractores con firmeza y prioriza la seguridad de los salvadoreños
En una sesión solemne celebrada en el Teatro Nacional de San Salvador, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, reafirmó su compromiso con la seguridad nacional y dejó claro que no le preocupa ser tildado de dictador. Este contundente mensaje se dio durante el discurso que marcó el primer aniversario de su segundo mandato consecutivo, una etapa de gobierno señalada por sus críticos como inconstitucional.
«Prefiero que me llamen dictador a ver morir a mi gente en las calles»
Ante la presencia de diputados, diplomáticos y representantes de instituciones públicas y privadas, Bukele fue categórico:
“Me tiene sin cuidado que me llamen dictador… Prefiero eso a ver cómo matan a los salvadoreños.”
Con estas palabras, el mandatario salvadoreño enfatizó que la seguridad ciudadana está por encima de cualquier calificativo político. La alusión a los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales, a los que denominó “panfletos”, fue una clara crítica a lo que considera una campaña orquestada para desprestigiar sus políticas.
Reducción del crimen y la paz como prioridad presidencial
Bukele ha sustentado su popularidad en los resultados de su política de seguridad interna, destacando una drástica reducción en los homicidios, extorsiones y actividad de pandillas. Esta estrategia ha sido respaldada por un estado de excepción que ha permitido la detención masiva de presuntos delincuentes, lo que para muchos ha sido sinónimo de eficacia, pero para organismos internacionales de derechos humanos, un indicio de autoritarismo.
Según el propio presidente:
“Prefiero estos momentos cuando agarro el celular y veo: dictador, dictador, dictador… en las noticias y no ver asesinato, asesinato, asesinato…”
El mensaje es claro: la paz de los salvadoreños es su objetivo principal, aun si ello conlleva ser objeto de críticas internacionales.
Controversias sobre derechos humanos y el orden constitucional
El segundo mandato de Bukele ha estado envuelto en cuestionamientos debido a su reelección inmediata, algo que para muchos constitucionalistas salvadoreños viola el marco legal vigente, a pesar de que la Corte Suprema —con magistrados afines a Bukele— avaló dicha reelección.
Paralelamente, organismos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han señalado “una escalada autoritaria”, marcada por:
- La detención de activistas de derechos humanos, bajo cargos que muchos califican como ambiguos o fabricados.
- El encarcelamiento de cientos de migrantes venezolanos deportados desde EE.UU., quienes no enfrentaban procesos penales en su país de origen ni en El Salvador.
Sin embargo, desde la visión oficialista, estas acciones son parte de una estrategia integral para restaurar el orden, combatir la corrupción y proteger a la población honesta.
«Que se queden discutiendo su semántica, nosotros seguimos con resultados»
Durante su discurso, Bukele reiteró que no se distraerá con las críticas, y afirmó que su gobierno ha entregado más resultados que cualquier otro en la historia moderna del país.
“Que se queden ellos discutiendo su semántica y nosotros vamos a seguir enfocados en buscar resultados…”
Este tipo de declaraciones refuerzan su postura de gobernante pragmático, que prioriza la acción sobre la retórica. Sus políticas han generado apoyo masivo en las encuestas, donde ostenta índices de aprobación que superan el 70%, particularmente entre los sectores más vulnerables, que valoran la mejora en la seguridad ciudadana.
El modelo Bukele: ¿una dictadura moderna o una democracia funcional?
El debate sobre si Bukele representa una nueva forma de autoritarismo o una evolución del modelo democrático sigue vigente.
Por un lado, sus seguidores lo ven como un líder audaz, eficiente y alineado con las necesidades del pueblo, mientras que sus detractores alertan sobre una concentración excesiva de poder, especialmente tras:
- La destitución de jueces y fiscales críticos.
- La reforma del sistema judicial para extender el control del Ejecutivo.
- El uso intensivo de redes sociales para desacreditar voces opositoras.
Pero para el presidente salvadoreño, el resultado habla por sí solo:
“Tenemos más resultados que cualquier otro gobierno en toda nuestra historia.”
El respaldo popular como escudo ante las críticas internacionales
Mientras medios internacionales de gran prestigio editorial han criticado a Bukele y lo han catalogado como “el dictador millennial”, el presidente continúa blindado por una base social que lo respalda fervientemente. La lógica detrás de este fenómeno es clara:
Muchos salvadoreños sienten que por primera vez pueden caminar seguros por sus barrios, gracias a las medidas impulsadas desde el Ejecutivo.
#INTERNACIONAL / “El que me llamen dictador me tiene sin cuidado”, afirmó Nayib Bukele durante la sesión solemne por el primer año de su segundo mandato presidencial en El Salvador.
— Radio Forever (@925forever) June 3, 2025
El mandatario defendió su política de seguridad y aseguró que su prioridad es proteger a la… pic.twitter.com/91zlnwL3w8









