Chats de Liga 2: reveladores del «cinismo político»

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Chats de Liga 2: reveladores del «cinismo político»

Los impactos de los chats revelados siguen impactando a la conciencia ciudadana con los temas revelados, siendo el narcotráfico uno de ellos, como vaso comunicante del intento de apoderarse de la Superintendencia de Bancos, entidad que administra la prevención del lavado de activos y el financiamiento de delitos y sus bandas; apoderarse del Consejo de la Judicatura que tiene a cargo la administración y la disciplina de la Función Judicial; y finalmente, la oposición a prohibir tomar fotos a los votos que manipulan la voluntad electoral de los más débiles de la sociedad por parte de las mafias.

En la medida de que vayamos conociendo más de estos chats en las plataformas WhatsApp, Signal, Telegram y Wire que la Fiscalía está publicando en Google-Drive está ratificando lo que se sospechaba y se conocía pero a espaldas del pueblo crédulo, del engaño político de los falsos revolucionarios, que solo querían ventajas para ellos y su grupo. Mientras se declaran salvadores del pueblo y perseguidos políticos por esa causa.

La reflexión sobre estos temas, nos conduce a preguntarnos si una mayoría o minoría de la ciudadanía está de acuerdo con estos actos. Interrogante que va en relación con la cantidad de votos que alcanzó en la primera vuelta quien aparece como candidata a la presidencia de Revolución Ciudadana.

Una de las formas de analizar esa composición de simpatizantes que hicimos desde el año 2007 nos llevó a clasificar a sus simpatizantes en tres grupos: los corruptos, los ideólogos y el pueblo de a pie. En primer lugar están los interesados en aprovecharse económicamente de las posiciones políticas a través de la corrupción, dentro y fuera del aparato estatal.

Luego aparecen los ideólogos marxistas que se han quedado en la teoría sin reconocer que sus ideas no son aplicables en ninguna circunstancias de tiempo y lugar, sin reconocer que sus manuales no han servido ni para la revolución social, y sin reconocer que proponen una ideología simplista y reductora que los ha llevado a radicalizarse con exaltación y endurecerse caprichosamente convencidos que la realidad existe porque existe en sus mentes. Tal como sucede en estos días al oponerse a la dolarización.

Pero, lo más grave es el tercer grupo formado por quienes no están enterados de los temas de corrupción ni de violencia, o porque quizá no les interesa o no les perjudica según lo que creen. Me refiero al pueblo de a pie.

«Podemos gritarle la verdad al poder y nunca será escuchada, porque la verdad y la política ya no tienen nada en común», escribió la filósofa del siglo XX, Hanna Arendt y La Rochefoucauld decía «La filosofía triunfa fácilmente sobre los males del pasado y del futuro. Pero los males del presente triunfan sobre ella». Lo que llevo a la realidad política del pueblo sumando los dos pensamientos que «la verdad en la política se impone sobre los errores del pasado e intenta prevenir los errores del futuro, pero no evita los errores del presente cuando los recursos no ingresan a las familias». Los pobres deciden por lo que reciben sin que esto signifique necesariamente de que están conscientes de la pérdida de su dignidad humana. Y aunque sus problemas se agraven en el futuro si optan por apoyar hoy los actos de manipulación y chantaje.

Allí nace el resentimiento que paulatinamente, además de los diez años de sabatina de odios y revanchismos, las comunicaciones de redes sociales empezaron a involucrar a los pobres en los conflictos nacionales en contra de quienes sus caudillos acusan como culpables de la pobreza, se asocian con los revoltosos y supuestos luchadores por la justicia social, y lastimosamente hasta con el narcotráfico y la subversión guerrillera. Abandonaron así los valores y la mansedumbre y la humildad y se convirtieron en soberbios y pendencieros. El fin de semana, los ecuatorianos se enteraron de que los integrantes de la Liga Azul para ocultar su verdadera identidad usaron alias para identificarse entre ellos: «Jerónimo», «Ají con mote», «AN», «Rana René», «Mónica» y otros.

Dice la periodista Thalia Flores en su artículo «Liga Azul, el rostro canalla de la política» publicado en el sitio PRIMICIAS, que «Ser identificado con un alias es la degradación de la política, y la escenificación del deterioro democrático de un país que descubre a sus dirigentes falsarios». Y concluye citando a Shakespeare en Otelo de que “el rostro verdadero del canalla no se ve hasta que lo usa”

Hasta el momento la indignación y la afectación de la conciencia ciudadana es grave, apenas conociendo una pequeña parte de los 72 archivos que la Fiscalía liberó en una carpeta de Google Drive que deja al descubierto las acciones de una organización que delinquía, al ejercer tráfico de influencia y hasta chantaje. ¿Qué otras sorpresas nos traerá el resto de la lectura?

EDITORIAL DE 92.5 FOREVER RADIO@925forever,

MIÉRCOLES 19 DE MARZO DE 2025

Por Washington Delgado L.